viernes, 7 de marzo de 2014

Alas rotas

Entonces lo vi… ¿cómo no pude verlo antes? Sos incapaz de amar! Sos incapaz de comprometerte. Sos incapaz de estar... Cómo no advertí tu mirada, cómo no vi que tus ojos ya no seguían mis pasos. Mientras yo imploraba al cielo una oportunidad, vos te fuiste con alguien. Salida fácil para anestesiar cualquier dolor... Bendito ego que atrapa los colores y no deja ver el matiz malsano, y aunque lo niegues por miedo a herir mi alma, yo lo sé: dejé poner tus manos en mis ojos y escuchar tu susurro hipnótico al oído, ese que acolchonaba cualquier dolor del corazón... Pero me duele amor mío decirte que ya lo entendí; que entendí que no sos mía aunque seas gran parte de lo que soy. Comprendí que la vida camina y muchas veces el camino se acaba; comprendí que no hay amor más sincero que el que te deja ir aunque sea tan doloroso como perder lo que una más quiere en la vida...
Te abro la puerta, eres libre para dejar al corazón fluir, te guardo en el cajón de mis tesoros más preciados, un espacio que poco habitan y en donde lo eterno puede existir.
Y me pregunto nuevamente ¿cómo no lo vi? ¿Cómo fue que me perdí tu olvido? Mientras mi olvido se mentía esperando tu regreso. Entonces repaso nuestros últimos besos y recuerdo un sabor agridulce, un olor en tu respiración que desentonaba nuestras pulsaciones, una desilusión en mi alma por golpearme con la verdad en la cara, por desangrar la herida de la forma mas dolorosa posible. Con la aguja de los recuerdos y los hilachos de nuestra historia suturé la herida, pegué la piel tan perfecto como embonaban nuestras bocas. Ahora sólo espero que quede una cicatriz con olor a perdón, con nuestras risas cómplices y las noches de luna que hicimos el amor.
Suelto a este corazón atado al tuyo por miedo a dejarte ir, deshago los nudos que ajustamos en estos meses de tristeza en la necesidad de separarnos e ir hacia donde el destino decía que el camino debía ser; sin entenderlo verdaderamente, sin comprender en qué momento… todo falló. Hoy morí...Mori en tus brazos... 
Gracias, Ana B.Melendez!!!!!!!

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